Para los occidentales quizá lo más fácil sea definir el Tantra como una filosofía de vida oriental afín al
hinduismo y al budismo, y al igual que éstas propone una senda esotérica dirigida al crecimiento
personal y a la iluminación. Su origen se remonta al antiguo valle del Indo, en el actual Paquistán, hacia
el siglo V a.C. En Oriente las líneas que delimitan lo que es una religión, un camino espiritual o una
filosofía de vida, son muy borrosas. Lo mismo ocurre con el Tantra, que cuenta con diferentes formas de
entenderlo, diferentes maneras de vivirlo y de practicarlo. Osho nos insta a que: «Si entras en la pasión,
entra con conciencia. Entonces la convertirá en oración y tendrá una cualidad completamente distinta.
Esta cambia su propia cualidad, ya no es una liberación física, sino una experiencia muy profunda de
vida».
Mi visión particular del Tantra es que consiste en vivir la vida y todas sus experiencias con conciencia
plena de lo que se está haciendo. Igual que el budismo insta a vivir el aquí y el ahora, y el taoísmo
propone conectar con el Tao de cada actividad cotidiana, así el Tantra nos invita a estar presentes
conscientemente en lo que estamos haciendo en cada momento, convirtiendo esa actividad en algo
trascendente.
Tantra es una palabra en sánscrito que significa «proceso», «continuidad», «polaridad»,
«compatibilidad». Independientemente de su escuela u orientación, el Tantra nos dirige hacia dentro de
nosotros mismos, hacia nuestro corazón, hacia nuestra esencia. El Tantra no busca la perfección, porque
considera que ya somos perfectos. El camino tántrico es la reintegración del Ser en la aceptación
genuina de todas las manifestaciones de la vida, es el amor en su estado puro.El Tantra no rechaza ningún aspecto de la experiencia humana, por terrenal que sea. Esto incluye
también la sexualidad humana, que no es accesoria, sino una parte definitoria del ser humano. En
Tantra las cosas no son ni buenas ni malas, simplemente son. Y a través de todas ellas podemos
encontrar la conexión con lo divino y lo trascendente si le ponemos conciencia y atención plena. Si le
ponemos presencia.
Independientemente de su escuela u orientación, el Tantra nos dirige hacia dentro de nosotros mismos,
hacia nuestro corazón, hacia nuestra esencia. Cuando llevamos esta conexión trascendente a nuestra
vida cotidiana, encontramos la aceptación genuina de que todas las manifestaciones de la vida son
trascendentales: a través de todas ellas podemos conectarnos al amor y a lo divino.
Masaje Tántrico
El Masaje Tántrico es una herramienta dentro de la filosofía de vida que representa el Tantra. Una
herramienta de sanación y de expansión de nuestro estado de conciencia. El Masaje Tántrico es un
masaje porque utiliza el contacto físico con el cuerpo para generar y distribuir la energía por el cuerpo. Y
el Masaje Tántrico es tántrico porque usa la presencia –a través de la respiración- para vivenciar
profundamente esta experiencia. El Tantra no rechaza ninguna experiencia humana y por ello puede
servirse de todas ellas como vehículo para acercarnos a la iluminación. Gracias a esta actitud de
aceptación genuina el Masaje Tántrico puede hacer uso de la enorme fuerza vital de la sexualidad
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